Archivo del blog

18/5/08

Sinópsis

Si uno se llama Alatriste, de lo que se puede deducir que nuestro origen es español; si además uno fue un brillante inspector de "la surété" (súper policías galos) antes de convertirse en detective privado, y si por jugarretas del destino somos interpelados a ejercer nuestro "savoir-faire" en tierra Guajira, justo al extremo noroeste de la América del Sur, entre las fronteras de Colombia y Venezuela; es entonces cuando nuestro universo de certezas y seguridades, esas que estructuraron hasta ese día nuestra vida, recibe un serio revés.
Sobre todo si tu cliente, el líder de los Guajiros, decidió cambiar las reglas ancestrales del juego para acceder al camino de la mundialización y modernizar el destino de su pueblo: casarse con una heredera criolla y maracucha. Renovar así el capital genético e interconectar de esa manera con el capital financiero que les era vedado. Por este medio alejar a los guajiros de su destino de contrabandistas de frontera, trabajo que sólo les dejaba las migajas de un gran negocio del que ellos eran sólo las mulas. Si los Guajiros habían sido los dueños del Caribe, obligados por "la historia" a conformarse con la tierra de nadie, entonces porqué no crear ahora su espacio en la tierra de todos.
Pero nada es perfecto y para ello tuvo que alejar a su preferida, la legítima madre de su descendencia guajira, localizándola en Miami. Por lo mismo se cargó con la cólera de los viejos wayuus, de los tradicionales, quienes van a crearle a su vez una guerra "mágica" a él, el intocable y en donde la presa, el centro del conflicto es su joven esposa, la burguesa maracaibera: "La Niña de Maracaibo" según sus propias palabras.
Obligado por todo esto a crearse una legión de escoltas para proteger sus estrategias y a su nueva esposa, la criolla, contrata entonces a un detective privado y extranjero, un español: Alatriste, quien le fue recomendado por el jefe de la policía de Maracaibo: Velásquez, quien a su vez insistió en éste porque era su amigo desde cuando siguieron cursos con el Platinado en Francia. Y eso era una garantía, el Platinado siempre fue un amigo de los guajiros. Además que un extranjero a sueldo es también una garantía en una situación tan delicada como esta, en donde familia rima con traiciones y tradiciones equivale a desapariciones.
Lo que llevará a Alatriste, en realidad, a sumergirse en un intrincado laberinto de símbolos y significados, donde no sólo está la maracucha: "La Niña de Maracaibo", si no también la hija del líder wayuu, la heredera según la matriarcal descendencia tribal y nominada por él mismo como: "La pequeña Niña de Maracaibo" y además todo se encona bajo la sombra de un pequeño carguero, repleto de misteriosos cambures, que lleva también por nombre: "La Niña de Maracaibo".

Miguel Curiel©

No hay comentarios: